Atrapada en Hogares Compartidos. Por Lorena

Lorena conversando con uno de los participantes de Hogares Compartidos.

Lorena conversando con uno de los participantes de Hogares Compartidos.

 

La primera vez que escuche las palabras Hogares Compartidos no podía ni imaginar lo que, a lo largo del tiempo, terminarían significando para mí.  La primera vez que escuche a Amparo explicando Hogares Compartidos, al igual que a toda persona que por primera vez escucha en qué consiste este recurso, me pareció un proyecto muy interesante y novedoso. Escuche sobre que trataba este proyecto sentada en una de las clases del Máster en Bienestar Social que estaba cursando; escuche la charla de Amparo como una de tantas otras más que había escuchado a lo largo de mis años de estudios, una de tantas charlas utilizadas para acercar a los estudiantes a la realidad social y laboral a la que deberán enfrentarse cuando salgan de la universidad. En ese momento, sí, me pareció un proyecto muy interesante, pero no se me pasó por la cabeza colaborar con ellos ni nada por el estilo, supongo que por aquel entonces en lo único que estaba pensando era en el próximo trabajo del máster que tenía que entregar.

Un tiempo después, navegando por internet, vi que Hogares Compartidos ofrecía una oferta de empleo. No tenía muy claro en qué consistía lo que ofrecían, pero, me encontraba en busca de trabajo, de modo que, decidí inscribirme. Al poco tiempo, me convocaron para participar en una reunión grupal y una entrevista personal. En esta reunión habíamos personas con edades y perfiles profesionales muy diferentes; estaban Amparo y Pilar, las cofundadoras, y Paquita, quien desde el primer momento me cautivo sin poder imaginar el resto de momentos que posteriormente tendría el privilegio de pasar con ella. Tras la reunión grupal, nos hicieron una entrevista personal, la mía, debido a algunos imprevistos, la hice en un banco en la calle; creo que esta fue la primera señal de la capacidad de adaptación y flexibilidad que debía tener para formar parte del equipo. Unos días después me llamaron diciéndome que había sido seleccionada; el empleo, era como captadora de fondos, no era algo a lo que hubiese pensado dedicarme pero me resultó interesante y decidí probar. Y así, es como pase a formar parte del equipo de Hogares Compartidos.

El paso de ser captadora de fondos de la entidad a Trabajadora Social en prácticas en ella, se trató de un proceso inesperado, que de forma espontanea se fue desarrollando. En primer lugar, realice mi Trabajo Final de Máster desde dentro de la entidad, y finalmente, ante la posibilidad de poder solicitar horas de prácticas extracurriculares, decidí continuar apostando por Hogares Compartidos.

Sumando mi periodo como captadora de socios y como Trabajadora Social en Hogares Compartidos, llevo un año formando parte de la asociación. Un año intenso que tanto a nivel personal como profesional me ha aportado grandes experiencias y aprendizajes.

Concretamente, he podido conocer de primera mano lo que significa la palabra “emprender”, esa cosa que ahora esta tan de moda y la pintan como la mejor solución a los problemas laborales actuales. Es cierto que es una opción, pero también es cierto que es algo que no resulta tan fácil debiendo ser plenamente consciente de ello. Si algo me llevo de mi experiencia en Hogares Compartidos, es saber que, para ser emprendedor, se necesitan grandes capacidades de entusiasmo, paciencia y fuerza de voluntad, que considero que todo el mundo no tiene. La sensación de levantarse por las mañanas no teniendo muy claro lo que estás haciendo, de estar jugándotela, de estar invirtiendo dinero y horas de tu tiempo en algo que puede que no funcione, es algo que hay que saber llevar. Emprender es una montaña rusa en la que vives momentos de subida y de bajada muy intensos que hacen que tu estado de ánimo varíe continuamente, viviendo momentos muy malos pero también muy buenos, por lo que considero el emprendimiento como una acción que te debe de gustar y sobre todo apetecer vivir.

Hogares Compartidos me ha brindado la oportunidad de conocer a colectivos del campo de acción del Trabajo Social, por los que nunca había mostrado interés. Actualmente, considero que, trabajar con el colectivo de personas mayores y personas en situación de vulnerabilidad y exclusión social, es todo un lujo tanto por las capacidades y habilidades que te exigen como profesional como por el aprendizaje personal que te aporta el conocer y poder formar parte de sus historias de vida.

En relación al tema de las capacidades y habilidades profesionales, estaré eternamente agradecida a Hogares Compartidos por haberme permitido cumplir mi deseo de poder intervenir en la autentica realidad como Trabajadora Social. Antes de desarrollar mi periodo de prácticas extracurriculares en la asociación, había realizado otros periodos de prácticas, que aunque me habían permitido aprender y mejorar profesionalmente, no habían satisfecho mi deseo de autoevaluar mis capacidades y habilidades como profesional del Trabajo Social, sobre todo en a la atención directa a personas con necesidades y problemáticas sociales. Tras tantos años de estudios y conocer suficientemente toda la teoría del Trabajo Social, buscaba poder enfrentarme a la realidad de la profesión, de las personas con las que trabajamos. En este sentido, Hogares Compartidos, ha sido el lugar en el que he podido conseguir este objetivo; gracias a la confianza que mis compañeras de equipo han depositado en mí he podido comprobar las diferencias entre teoría  y práctica, entre el mundo universitario y el laboral, entre la investigación y la intervención, he podido conocer la realidad y chocar con ella, pudiendo por fin valorar e identificar tanto aquellas capacidades y habilidades de las que dispongo para ello como aquellas que debo continuar mejorando.

Durante este año con Hogares Compartidos, además de poder haberme conocido más a mi misma como profesional, he podido conocer y trabajar con personas increíbles, tanto profesionales como personas participantes del programa, y sobre todo he podido formar parte del proceso que significa crear un nuevo recurso de acción social. Ahora que mi periodo de prácticas ha finalizado y me paro a pensar en aquella primera charla en la que escuche a Amparo explicando el recurso, te das cuenta de cómo la entidad ha ido evolucionando, poco a poco, para ir adaptándose a la realidad, y de cómo Hogares Compartidos, y sobre todo la vida de las personas que forman parte del recurso, han ido mejorando, en parte, a tu esfuerzo personal.

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Desde mi punto de vista personal, y como Trabajadora Social, admiro a Amparo y Pilar, admiro Hogares Compartidos, por tratarse de una nueva forma de entender y llevar a la práctica mi profesión, mediante una forma de trabajo flexible y humana que se adapta a las necesidades de las personas, tanto de los participantes como de los propios profesionales; considero Hogares Compartidos más que una asociación, un estilo de vida, en el que he tenido el lujo y la gran oportunidad de formar parte.

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